viernes, 28 de junio de 2013

VIAJAR EN VACACIONES CON MASCOTAS

Ahora que por fin ha llegado el verano, es hora de tomarse unas vacaciones y seguro que muchos de vosotros tenéis pensado llevar también a vuestras mascotas, lo cual es estupendo, pero a la hora de planificar el viaje, hay que tener en cuenta hasta el más mínimo detalle.

En primer lugar, cuando viajéis con vuestras mascotas, cercioraos de que todas sus vacunas están al día y no os olvidéis de llevar siempre su documentación.

Si tenéis pensado viajar en vuestro coche particular, lo más seguro es que el perro ya esté acostumbrado y el viaje no se le haga tan pesado.
Los gatos generalmente viajan en su trasportín, así que este tendrá que estar colocado en el coche de forma que no se vuelque al dar una curva y que ningún otro objeto o parte del equipaje pueda caerle encima.
Si se trata de un perro grande, lo mejor sería llevarlo en el maletero, quitando la bandeja, claro, y colocando una reja o una malla de tela que separe el maletero del resto del coche. Si el perro viaja en los asientos de atrás, podrá ir en su trasportín o no, pero si no viaja en el trasportín debe llevar un cinturón de seguridad especial para perros. Tened en cuenta que no todos los cinturones que se venden para perros están homologados, así que si queréis evitar que os multen, preguntad antes de comprar.



Y aunque resulta muy gracioso ver un perrillo sacando la cabeza por la ventanilla del coche, con la lengua fuera y las orejas sacudidas por el aire, no dejéis que vuestra mascota viaje así, podría producirle otitis o conjuntivitis, e incluso podría golpearse con algún obstáculo.



Es importante realizar paradas cada 2 horas para beber algo y estirar las piernas y tu perro agradecerá dar un pequeño paseo. Pero recuerda sacar a tu perro del coche con la correa puesta para evitar que otro vehículo pueda atropellarlo.

Evitad siempre que podáis dejar al animal solo en el coche; desgraciadamente cada año mueren muchos perros y gatos por un golpe de calor al quedar encerrados en un vehículo sin apenas ventilación. En estas fechas no es muy frecuente, pero queda ya dicho para cuando llegue el verano y haga mucho calor. Si el perro o el gato ha de quedar solo en el coche, no os olvidéis de bajar un poco las ventanillas y dejar el coche a la sombra.

No penséis que todas estas cosas son una tontería, porque lo mismo que hay unas normas de seguridad vial para nosotros, también las hay para nuestras mascotas, evitando así que puedan sufrir algún daño durante el viaje o que puedan provocar distracciones o accidentes.

Por otro lado, hay animales que se marean durante el trayecto o que no están acostumbrados a viajar y se pasan toda la travesía ladrando o maullando desesperadamente. Antes de llegar a esa situación que os acabará sacando de quicio y hará que empecéis las vacaciones más estresado de lo que ya estabais, consultad con vuestro veterinario las opciones para que el animal viaje tranquilo. Podéis darle una pastillita para el mareo o llevarlo a hacer ejercicio antes del viaje, así estará cansado y querrá descansar o dormir hasta llegar a vuestro destino.

Otra cosa a tener en cuenta antes de viajar con nuestra mascota es hacer su equipaje. No os olvidéis de su pasaporte y su cartilla sanitaria y deberías tener un veterinario localizado en la ciudad a donde vayáis, por si fuera necesario hacerle una visita o surgiera alguna urgencia. Guardad su número de teléfono y su dirección y tenedla siempre a mano.
Además, para que nuestro perro o gato esté a gusto en vuestro lugar de destino, deberíais llevarle su camita y alguno de sus juguetes y, por supuesto, su comedero y su bebedero. En cuanto a la comida, es preferible que la llevéis de casa, por si en la ciudad a la que vais, no la tuvieran; ya sabéis que es preferible no cambiarle bruscamente la alimentación.
Y si vuestra mascota sufre de alguna enfermedad y está tomado tratamiento, no os olvidéis de meter su medicación en su maleta.

Algunas personas optarán por otro medio de transporte diferente al coche. En caso de viajar en avión, tened en cuenta que cada compañía aérea tiene su propia normativa con respecto a las mascotas, así que antes de comprar el billete es importante que os informéis de sus exigencias.
Normalmente, en función del peso, nuestro perro podrá viajar con nosotros en cabina o tendrá que ir dentro de una jaula en la bodega.
Para viajar en cabina es necesaria una autorización previa por parte de la compañía, ya que es habitual que exista una limitación en el número de animales admitidos. Nuestra petición podría ser denegada si ya hubieran otras reservas previas. Además, en cabina sólo podrán viajar animales pequeños de menos de 6 kilos y deberán hacerlo en un trasportín seguro y confortable.
Si tu mascota pesa más de 6 kilos deberá viajar en la bodega, en una jaula homologada. Este tipo de viajes suele provocarles bastante estrés, por lo que puedes consultar con tu veterinario la posibilidad de administrarle algún sedante suave antes del viaje.
De todas formas, tanto si el animal viaja en la cabina o en la bodega, deberéis pagar la tasa correspondiente, que podrá ser diferente según la compañía.


Algunos de vosotros viajaréis en tren. En los trenes de alta velocidad o larga distancia de la Renfe, el transporte se limitará a pequeños animales domésticos, entendiendo como tales, perros, gatos y aves. Se admitirá como máximo un solo animal por viajero, siempre dentro de una jaula o elemento con dispositivo que permita contener y retirar los residuos.
Como regla general no se admitirán animales cuyo peso máximo exceda  de 6 kilos y contenedores con  dimensiones superiores a 60x 35x35 cm.
No obstante, os recomiendo que pidáis la información necesaria antes de comprar los billetes y así no habrá inconvenientes de última hora.

El transporte de animales en autocares es bastante más restrictivo, así que deberéis preguntar si podéis viajar con vuestra mascota y en qué condiciones.

Por otro lado, si el viaje que pensáis realizar es al extranjero, tendréis que planearlo con mucho más tiempo de antelación. Afortunadamente, casi todos los países permiten la libre circulación de las mascotas más comunes; la condición es que éstas se encuentren en perfectas condiciones sanitarias y que se cumpla la normativa específica de cada país de destino.
Lo primero que necesitaremos conocer, antes de viajar, serán los requisitos solicitados por la aduana del propio país al que nos desplacemos. Mi consejo es que hagáis una visita previa a la embajada o consulado donde os asesoren detalladamente al respecto, para evitar desagradables sorpresas posteriores. 

Por regla general, los requisitos para viajar a los países de la Comunidad Europea son: presentar el pasaporte del animal, con sus vacunas y desparasitaciones al día; por supuesto, que el animal esté identificado mediante microchip o tatuaje; y que conste que ha sido vacunado contra la rabia.
Para viajar a otros países, pueden exigirse otros certificados sanitarios, por lo que habrá que informarse bien antes del viaje, ya que en algunos países con una normativa muy exigente podrían inmovilizar a nuestra mascota en instalaciones de cuarentena, devolverla al país de origen o incluso determinar su sacrificio.
Para evitar cualquiera de estos problemas, respetad meticulosamente la normativa de cada país.


Ahora que ya sabéis mucho más sobre cómo viajar con vuestras mascotas, espero que tengáis un buen viaje y disfrutéis de las vacaciones!!


viernes, 7 de junio de 2013

OBESIDAD CANINA Y FELINA

Hoy quiero hablar de un problema cada vez más extendido entre la población canina y felina. La obesidad. 
Cuando se trata de nosotros, los humanos, solemos preocuparnos bastante de nuestro aspecto físico, sobre todo ahora que se acerca el verano y todos queremos lucir palmito en la piscina o en la playa. 
Seguro que todos sabéis lo difícil que es deshacerse de esos kilitos de más; pues el sobrepeso en nuestras mascotas también es algo de lo que deberíamos preocuparnos. A pesar de que ellos no tienen prejuicios como nosotros, ni necesitan presumir de cuerpo diez, la obesidad es igualmente perjudicial para su salud.



Cuando un animal consume más calorías de las que su organismo utiliza, el exceso de tejido adiposo, es decir, la grasa, se acumula en el cuerpo. Y de quién creéis que es la culpa de que un perro o un gato consuma más calorías de las que necesita? Pues, por supuesto, de su dueño. Los propietarios tienden a humanizar a sus mascotas, de modo que creen que deben variar la comida, incluir en la ración los alimentos que se cocinan en casa y sobre todo tratan de fortalecer los lazos de unión con sus mascotas a través de premios de comida.
Además, nuestro estilo de vida, cada vez más sedentario, es contagiado a nuestros animales. Los sacamos menos a pasear, o caemos en la equivocada creencia de que no necesitan hacer ejercicio regularmente. Esto último es especialmente frecuente entre los dueños de perros de razas pequeñas, que creen que al ser sus perrines de pequeño tamaño no tienen la misma necesidad de correr que un perrazo de 40 kilos.
Pero claro, esto es un error garrafal, ya que independientemente del tamaño de nuestra mascota, todas necesitan comer de forma equilibrada y sobre todo ejercitarse para tener una vida saludable, tanto física como psicológicamente. Y los gatos otro tanto de lo mismo; ellos también necesitan hacer ejercicio, pero como no solemos sacarlos a pasear, aquellos gatos caseros que no tienen acceso al exterior van a necesitar un poco más de atención por parte de su dueño. Hay que dedicarles un poco más te tiempo, para jugar con ellos cada día, y conseguir así que se muevan y no se pasen el día tumbados en el sofá.
Pero estas no son las únicas causas del sobrepeso en los animales de compañía. En algunas ocasiones la culpa no es exclusivamente del dueño, sino que los desórdenes alimenticios también pueden estar provocados por algunas patologías, como por ejemplo alteraciones hormonales o trastornos emocionales.
Además, hay algunas razas que están más predispuestas a engordar, como el cocker, el Beagle, el pequinés, el teckel, el labrador y el golden retriever. Pero esto no quiere decir, que las demás razas que no he mencionado vayan a tener un peso ideal pase lo que pase, porque existen otros factores que también son importantes, como por ejemplo, la edad, ya que a medida que nuestros perros o gatos se hacen viejos, aumenta su tendencia a ganar kilos.
Y después de todo esto, algunos de vosotros estaréis mirando ahora mismo hacia vuestras mascotas pensando: estará gordo o es que es de complexión fuerte? Pues eso es algo que vuestro veterinario debe evaluar, porque vosotros nunca seréis lo suficientemente objetivos. Por eso se dice que un animal está obeso cuando presenta un aumento del 20 al 25 % del que se supone que es su peso ideal.
No obstante, hay algunos detalles en los que podéis fijaros para acabar de convenceros de que vuestro perro o gato está gordo, como por ejemplo, si al palpar el tórax sois incapaces de contar o diferenciar las costillas debido a la gruesa capa de grasa que las recubre, o que el animal presente una gran acumulación de grasa en la zona lumbar y la base de la cola y que el abdomen sea tan ancho como el pecho.



Además, seguramente el animal manifestará intolerancia al ejercicio, dificultad para saltar y cansancio o jadeo al más mínimo movimiento.
Pero lo más importante de todo esto es que seamos conscientes de los inconvenientes de que nuestro peludo amigo esté pasadito de peso. 
Algunas de las consecuencias que se derivan de la obesidad en nuestras mascotas son trastornos importantes de locomoción debido a artrosis, hernias discales o rotura de ligamentos.
También son frecuentes las alteraciones respiratorias, ya que la acumulación de grasa disminuye la capacidad inspiratoria y el volumen residual de oxígeno en los pulmones, dificultando la respiración y agravando la resistencia al ejercicio.
Por otro lado, igual que en medicina humana, el sobrepeso predispone al sufrimiento de alteraciones cardiovasculares, como aumento de la frecuencia cardíaca, hipertensión o aumento del gasto cardíaco.
Pero además, esta hipertensión puede afectar a otros órganos internos, como el riñón, provocando una insuficiencia renal.
También se producen alteraciones digestivas, como irritación gástrica, estreñimiento o flatulencia, debido al excesivo aporte de grasas en la dieta, que a mayores puede originar una sobrecarga a nivel hepático por una degeneración grasa y la posibilidad de colelitiasis debido a un aumento de los triglicéridos.
Os parece poco todo esto? Porque todavía hay más, ya que  los animales obesos pueden padecer alteraciones endocrinas, como la diabetes tipo II, sobre todo en gatos, además de intolerancia al calor, infertilidad, coagulopatías, trombosis, problemas cutáneos, y por supuesto, un incremento del riesgo quirúrgico y anestésico.

Bueno, pues espero haberos asustado (“entre comillas”) lo suficiente como para que prestéis mucha atención a lo siguiente de lo que vamos a hablar, ya que conseguir que un perro o un gato bajen de peso no es fácil.


Por supuesto, el punto más importante es la concienciación del propietario de que su mascota necesita adelgazar para estar saludable.
Hoy en día existen dietas especiales que garantizan la pérdida de peso en tan solo unas semanas, pero hay que tener en cuenta algunas cuestiones importantes. En primer lugar, la pérdida de peso debe ser siempre progresiva y gradual. Además, debemos acabar con la administración de comida casera o restos de nuestra comida.
Para empezar, debemos determinar cuál es el peso óptimo de nuestra mascota, teniendo en cuenta que se trata de un objetivo a medio-largo plazo.
Comenzaremos con una dieta especial, repartiendo la dosis diaria en varias tomas; lo ideal serían 3 o 4 tomas al día para aumentar el gasto energético.
Es importante que el animal beba bastante agua y sobre todo que haga ejercicio regularmente.
Si hay más mascotas en casa, lo mejor es que coman separados o al menos bajo supervisión, ya que el animal en proceso de adelgazamiento podría comerse la ración de los demás.
Ya os aviso de que no será una tarea fácil, aunque es cierto que se notan mejores resultados al principio y después la disminución de peso es más progresiva. Pero sobre todo es importantísimo que el dueño se involucre en el proceso y no acabe sucumbiendo a la carita de pena que ponen para conseguir un pedazo de comida extra.



Eso sí, una vez que consigamos el peso ideal, hay que mantenerlo, así que no podemos volver a las malas costumbres; el animal necesitará seguir haciendo ejercicio diario y deberá comer un pienso de mantenimiento para que todo el esfuerzo no haya sido en vano.