La
alimentación de los perros y gatos es un tema que nos concierne mucho a los
veterinarios, ya que afecta en muchos aspectos a su salud. La salud nutricional
de una mascota depende de que reciba las cantidades y proporciones correctas de
nutrientes de los seis grupos necesarios: agua, proteína, grasa, carbohidratos,
minerales y vitaminas. Cada especie animal tiene unos requerimientos
específicos y además, cada individuo tendrá también unas necesidades
particulares, habiendo numerosos factores que influirán en el tipo y cantidad
de dieta como por ejemplo la raza, la edad, el tamaño, el nivel de actividad,
etc.
Por
esta razón, los profesionales de la salud animal siempre recomendamos alimentar
a las mascotas con piensos preparados, porque están formulados con las
cantidades diarias de nutrientes
que tu animal necesita, y de esta forma evitamos que sufran
carencias nutricionales que dan lugar a problemas metabólicos, tan frecuentes
en el pasado cuando se alimentaba a las mascotas con sobras. Además, son altamente digestibles, por lo que se
reduce la incidencia de diarreas y problemas gastrointestinales, y ayudan a
mantener la boca de nuestro animal sana
y limpia. Por otro lado, reducen las alergias alimentarias y hacen que nuestro
animal tenga una piel y un pelo sanos y brillantes.
En cuestión de nutrición animal existen numerosos
mitos y errores frecuentes que los dueños de mascotas suelen cometer. ¿Quién no
ha caído alguna vez en la tentación de darle a nuestro perrito un poquito de
queso o una salchicha? Claro, ponen esa carita de pena y nos acaban
convenciendo. Pero recuerda que alimentar a tu perro o gato con alimentos
humanos o restos de nuestra comida es perjudicial para su salud. Los huesos son
su peor enemigo; se astillan fácilmente y pueden obstruir el intestino o
incluso perforarlo, provocando hemorragias intestinales, peritonitis e incluso
la muerte.
Otro error muy típico es darles leche a los gatos. A
diferencia de nosotros, los animales, a medida que crecen, dejan de producir
las enzimas necesarias para digerir la leche, por lo que su ingesta les provoca
graves diarreas. Si alguna vez os encontráis una camada de cachorros o gatitos
huérfanos y decidís salvarlos de una muerte segura, debéis tener en cuenta que
su delicado tracto digestivo no está preparado para digerir la leche de vaca
que tomamos nosotros, por lo que será necesario que los alimentéis con leche en
polvo para cachorros o gatitos.
Por lo tanto, para alimentar adecuadamente a
nuestras mascotas, hay que proporcionarles un pienso completo y equilibrado
según sus necesidades. En el mercado existen, básicamente, tres calidades de
pienso. Los piensos de gama alta aseguran, mediante estudios certificados, la
calidad de su pienso, realizado con carne de animal apta para consumo humano.
Son los piensos más caros, pero son los mejores, ya que están elaborados con
productos de alta calidad y presentan un balance adecuado de aporte energético,
proteínas, hidratos de carbono y grasa. Es importante utilizar piensos de alta
calidad para la alimentación de cachorros, por lo menos hasta que cumplen un
año o año y medio, ya que durante este periodo de crecimiento el animal tiene
requerimientos nutricionales muy altos. Los piensos de gama media presentan una
fuente proteica de calidad, aunque no tanto como los anteriores. Están
especialmente recomendados en perros sanos adultos, ya que económicamente son
más asequibles. Los piensos de gama baja son piensos de muy baja calidad. Están
compuestos mayoritariamente por piel, pluma, patas... que son los residuos del
pollo y, por lo tanto, muy baratos. No son recomendables en ningún caso.
La calidad de un pienso está directamente
relacionada con el precio, ya que reside en la calidad de la materia prima, y
no cuesta lo mismo un kilo de pechuga de pollo que un kilo de patas y piel, y
tampoco sus valores nutricionales son iguales. Pero hay que tener en cuenta que
una buena alimentación ayuda a garantizar la salud de nuestras mascotas y a la
larga eso podría ahorrarnos dinero en tratamientos de enfermedades adquiridas como
consecuencia de una inadecuada alimentación.
Pero
para todos aquellos que no sean capaces de evitar darle a su mascota de vez en
cuando algún capricho humano, hablaremos de algunos alimentos que no se les
puede dar nunca, ya que son tóxicos o peligrosos para su salud.
En
primer lugar, los ya mencionados huesos, que pueden causar estragos en el sistema digestivo del animal, además
de rotura de los dientes, lesiones en la boca, hemorragias graves del recto,
estreñimiento, etc. A pesar de la creencia popular, los huesos no se digieren,
y tal y como el perro los traga, pasan por el intestino. La cirugía intestinal
para extraer huesos o fragmentos de huesos del estómago o el intestino es
bastante frecuente, por desgracia, y no siempre tiene un final feliz.
Otro
alimento prohibido para perros y gatos es el chocolate. Sí, a nosotros nos
encanta, y lo cierto es que a ellos también, pero la teobromina, un alcaloide
parecido a la cafeína, es metabolizada más lentamente por los animales, lo que
provoca intoxicación, apareciendo síntomas como vómitos, diarreas,
hiperactividad hasta llegar al paro cardíaco, infartos y muerte. Un animal que
ha comido chocolate puede tardar horas e incluso días en manifestar estos
síntomas, así que, ante la más mínima sospecha, hay que acudir al veterinario.
El
ajo y la cebolla son también tóxicos para perros y gatos, sobre todo la
cebolla, debido a su alto contenido en tiosulfato que destruye los glóbulos
rojos de la sangre provocando anemia hemolítica grave.
Otro
alimento altamente tóxico para los animales es el aguacate; y no sólo es tóxica
su carne, sino toda la planta, las semillas, la corteza y las hojas.
También
las uvas y los frutos secos están totalmente desaconsejados, ya que pueden
provocar vómitos, diarreas y fallos renales.
La
cafeína también es muy peligrosa para nuestras mascotas ya que puede causar
nerviosismo, taquicardias, infartos cardíacos, además de alteraciones
gastrointestinales.
Otro
premio muy típico que se les suele dar a perros y gatos es el embutido; lo
cierto es que, además del alto contenido en grasas, tiene un exceso de sal para
nuestras mascotas, provocando dolores estomacales, hipertensión, etc.
Y
por supuesto, el alcohol está terminantemente prohibido para nuestros animales
de compañía. Pequeñas cantidades son suficientes para causar intoxicación,
provocando depresión del sistema nervioso, así como del sistema respiratorio y
cardíaco. También causa hiperexcitabilidad (llegando incluso a volverse
agresivos), incontinencia urinaria y desarreglos gastrointestinales.
Como
podéis ver, hay numerosos alimentos que, aunque para nosotros son de consumo
casi diario, resultan altamente peligrosos para los animales. Ten en cuenta
estos consejos a la hora de alimentar a tu mascota y si tienes dudas pregunta a
tu veterinario más cercano.