CASOS CLÍNICOS

INFECCIONES DE VÍAS RESPIRATORIAS EN GATOS: CALICIVIRUS FELINO

Hoy tengo que hablaros de Mika, que se presentó a la consulta con una grave anorexia (llevaba 3 o 4 días sin comer), deshidratación y sialorrea (excesiva producción de saliva). No tiene ninguna vacuna, no es desparasitada regularmente y convive con 3 gatos más que tienen acceso al exterior de la vivienda.
En el examen general de la gatina se advierte secreción nasal con formación de costras que taponan los orificios nasales casi en su totalidad; al retirar las costras se aprecia una erosión de la mucosa nasal. Además, presenta un abundante babeo y úlceras en la lengua:


Todas estas lesiones y anomalías, son altamente indicativas de una infección vírica de las vías respiratorias altas; a partir de estos signos clínicos, la sospecha más plausible es CALICIVIROSIS FELINA.

El calicivirus felino es un virus altamente resistente en el ambiente y se transmite por contacto directo con las secreciones de animales enfermos y también a través de objetos contaminados (comederos, bandejas…). A demás, tiene una gran capacidad de mutación, por lo que los signos clínicos que provoca pueden ser muy variados, desde leves a muy graves, dependiendo de la cepa del virus y del estado inmunológico del animal. Recientes estudios aseguran que este virus está implicado en un 20-30% de las infecciones respiratorias de los gatos.
En el caso de Mika, el virus ha causado úlceras en el plano nasal y la lengua. Las úlceras de la lengua son muy dolorosas, por lo que los animales que las sufren suelen dejar de comer, lo cual agrava aún más el cuadro clínico.
Además, aunque es menos frecuente, puede aparecer también afectación pulmonar, dependiendo de la virulencia de la cepa viral y del estado inmunológico del gato. No obstante, hay que tener en cuenta que el calicivirus felino puede encontrarse junto con otros virus y bacterias, como Herpesvirus felino, Chlamydophila felis o Bordetella bronchiseptica, que provocan lo que conocemos como complejo respiratorio felino.
El tratamiento es sintomático, es decir, no existe tratamiento específico frente al virus, por lo que será necesario mantener un estado de salud óptimo en el gato afectado para que su sistema inmune sea capaz de combatir la infección.
Por esta razón, Mika fue hospitalizada. Se le administró fluidoterapia intravenosa y tratamiento de sostén. Es muy importante paliar el dolor que causan las úlceras de la boca, para favorecer que el gato no rehúse comer; es necesario proporcionarle al inicio comida blanda y muy palatable.
Mika respondió muy bien al tratamiento; después de una semana de hospitalización su estado general había mejorado notablemente, ya comía voluntariamente y las úlceras de su lengua van a mejor paulatinamente (generalmente son necesarias varias semana para la recuperación completa de estas lesiones).

Ahora ya está en casa, con cuidados especiales y mimos a montones; a la espera de recibirla en unos días para una revisión y comprobar que evoluciona favorablemente y sigue mejorando.


PICAJE EN AVES PSITÁCIDAS

El picaje es un problema relativamente frecuente en las aves de jaula, sobre todo en las psitácidas. Las causas pueden ser múltiples y en muchas ocasiones se dan más de una al mismo tiempo.
Se trata de una alteración del comportamiento de estas aves, que son inteligentes y sociables y requieren de mucha atención y cuidados específicos para poder satisfacer sus necesidades fisiológicas, a pesar de vivir confinadas en una jaula.
Las causas, como ya he mencionado, pueden ser muchas, desde deficiencias nutricionales o ambientales (alimentación poco adecuada o basada únicamente en semillas o piensos; jaulas pequeñas, sucias, ausencia de bañeras para su aseo, aburrimiento por falta de estímulos, etc.), hasta patologías orgánicas o de salud (parásitos intestinales, infecciones bacterianas o fúngicas, problemas hormonales, parasitosis externas…). Como veis, las causas son multifactoriales, por lo que para solucionar el problema será necesario aplicar diversas técnicas, tanto médicas como ambientales.
En primer lugar, si vuestro pájaro se arranca las plumas, deberíais llevarlo al veterinario para que allí determinen si existe alguna patología orgánica o parasitaria que pueda estar causando este problema. Una vez descartadas enfermedades o ectoparásitos, se deberán estudiar los factores ambientales de cada caso: alimentación que recibe habitualmente el animal, hábitat en el que vive, atenciones y cuidados que recibe…
Como ejemplo os dejo unas fotos de Lucas, un “agapornis roseicollis” que comenzó a desplumarse el pecho, hasta dejarse casi completamente calvas todas las regiones del cuerpo a las que llegaba con el pico.

Tras verificar la ausencia de ectoparásitos y confirmar que Lucas no padecía ninguna enfermedad, se instauraron unas pautas de manejo (corregir la alimentación, añadiendo fruta, permitiéndole períodos de tiempo fuera de la jaula que volar y hacer ejercicio) y se comenzó con un enriquecimiento ambiental (reposaderos naturales de distintas formas, tamaños y materiales, juguetes, jaula colocada en un lugar con tránsito para mantenerlo entretenido, etc.); además, se inició también una terapia con un complejo multivitamínico administrado en el agua de bebida para favorecer el crecimiento de las nuevas plumas.

Este es el aspecto de Lucas una semana después de iniciar todos estos cambios.

Y así está después de una semana más.

Ante cualquier problema en el plumaje de tu ave, no dudes en consultar con un profesional!!


INMUNODEFICIENCIA VÍRICA FELINA

Hoy os quiero hablar de una enfermedad infecciosa específica de la especie felina que causa grandes estragos en las poblaciones gatunas (junto con el virus de la leucemia felina), la inmunodeficiencia vírica felina (FIV), conocida comúnmente como “Sida Felino”.
Está provocada por un lentivirus que afecta solamente a felinos. Es un virus con un largo periodo de incubación, que destruye las células encargadas de la defensa del gato, provocando una deficiencia inmunitaria y, como consecuencia, múltiples y variadas infecciones que acaban cronificándose en el tiempo, hasta acabar con la vida del animal.
El contagio se produce principalmente a través de la saliva, generalmente por mordiscos, por lo que los gatos que tienen acceso al exterior corren un alto riesgo de ser contagiados en alguna de las muchas peleas gatunas que se producen por motivos territoriales o por las hembras en celo. Son posibles otras vías de contagio, como a través de la sangre o incluso de la leche materna durante la lactancia, pero son menos frecuentes en condiciones naturales.
Esta enfermedad tiene 3 etapas:
  1. FASE AGUDA: puede durar entre 3 y 6 meses; viene determinada por episodios de enfermedad ligera (letargo, falta de apetito y fiebre) que muy frecuentemente pasa desapercibida por los dueños, permitiendo la progresión de la enfermedad.
  2. FASE SUBCLÍNICA: esta etapa puede durar desde meses hasta años, durante los cuales el virus ataca al sistema inmunitario del gato, provocando un grado variable de debilitamiento.
  3. FASE CRÓNICA: una vez llegado a este punto, el deterioro del sistema inmune conlleva una predisposición del animal afectado a sufrir numerosas enfermedades, siendo algunas de las más frecuentes: infecciones respiratorias, inflamación y úlceras en la boca, gingivitis persistente, afecciones de la piel y de los ojos, enfermedad intestinal (vómitos, diarreas), anemias, síntomas nerviosos, neoplasias y leucemia. Al final de la enfermedad, el animal puede llegar a perder hasta un 20-30% de su peso en el transcurso de varias semanas.

Hoy mismo hemos hospitalizado a Rufo, un gato de 10 años, sin castrar, que tiene acceso al exterior de su vivienda, y que ha dado positivo en el test de FIV. Su estado general está ya bastante deteriorado, pero no perdemos la esperanza y haremos todo lo que podamos para recuperar en lo posible una calidad de vida aceptable.

La inmunodeficiencia vírica felina no tiene cura, por lo que el tratamiento consiste en terapia de soporte (fluidoterapia, transfusiones, medicación de las patologías secundarias…), pero en muchas ocasiones es poco eficaz.
Por esta razón, lo mejor es la prevención, evitando que el gato salga al exterior de la casa, sobre todo los machos no castrados que son más territoriales y buscan pelea para proteger su territorio y para conseguir los favores de alguna gata en celo.
No obstante, detectada la infección a tiempo y con los cuidados (medicamentosos y de manejo) adecuados, es posible ofrecer al gato una buena calidad de vida durante varios años. 
Así que si tienes gato y sale fuera de casa o se ha escapado y ha acabado involucrado en alguna pelea, acude a tu veterinario para que pueda sacarle una muestra de sangre y realizar el test.


THELAZIOSIS CANINA

Hoy hemos tenido en la consulta dos perrines con la misma patología, de la que quiero hablaros un poco, ya que se trata de una enfermedad relativamente nueva, al menos en nuestro país y de la cual ya se han presentado algunos casos en nuestra zona.
Se trata de la Thelaziosis Canina, también conocida como “Enfermedad del Gusano Oriental del Ojo” ya que es una parasitosis muy frecuente en Asia y actualmente se ha diseminado por Europa y ha llegado a España.

Esta enfermedad está producida por nematodos del género de la thelazia y es transmitida por la “mosca de la fruta”; se trata de una mosca no chupadora que se alimenta de las secreciones oculares, de modo que una mosca que se haya alimentado de las secreciones del ojo de un animal infectado, deposita los huevos en el ojo de un animal sano al volver a alimentarse, infectándolo. Estos huevos eclosionan y se transforman en larvas, completándose el ciclo en unas 3 semanas.
Debido a la mayor actividad que presentan estas moscas durante los meses cálidos, desde verano hasta otoño, suele ser la época de mayor riesgo de contagio.
Además, se trata de una zoonosis, pudiendo afectar también a la especie humana.

Los dueños de los perros afectados suelen advertir que su mascota lagrimea más de lo habitual, que se rasca los ojos con las patas o que presenta los ojos rojos e inflamados. En algunas ocasiones pueden llegar a ver el gusanito, pero no siempre es fácil advertir su presencia.
Una vez en la consulta, los animales con thelaziosis pueden manifestar síntomas de conjuntivitis y frecuentemente se puede apreciar una contracción involuntaria de los párpados, debido a la irritación causada por la presencia del parásito en el saco conjuntival o tras el tercer párpado. En los casos más graves, el parásito puede causar edema corneal, úlceras e incluso ceguera.
Os dejo alguna foto de uno de los pacientes de esta mañana, aunque no se aprecia muy bien... (si os fijáis pueden verse como unos hilillos en el borde del ojo).

En esta otra imagen podemos ver dos de los gusanos que se extrajeron del ojo de Moreno, el perro de la foto anterior.

Añado una foto más, que no corresponde a Moreno, pero en la que se advierte perfectamente la presencia del parásito sobre el ojo del animal.


Para tratar esta enfermedad será necesario instilar un colirio anestésico en el ojo del animal y extraer con un hisopo estéril los gusanos adultos. Además, para acabar con el parásito en cualquiera de sus fases se administrará un tratamiento nematocida por vía oral; tu veterinario te indicará el protocolo de tratamiento necesario.
A mayores, en caso de que se hayan producido lesiones importantes en las estructuras del ojo, como conjuntivitis o úlceras en la córnea, se administrará también tratamiento específico para estas patologías.
No obstante, es importante la prevención de la enfermedad, evitando el contacto de nuestras mascotas con la mosca de la fruta, sobre todo en aquellos animales que viven en el exterior o en zonas con árboles frutales.

MIOPATÍA DE LA COLA

Hace un par de días acudió a la consulta Lola, una Golden de 2 años y medio. Sus dueños refieren que durante el fin de semana han observado que la perra mantiene la cola entre las patas constantemente y no la mueve. Lola generalmente es muy alegre y "menea" el rabo todo el día, por lo que no es de extrañar que sus propietarios se preocuparan al percatarse de la falta de movimiento de la cola de su perra, a pesar de que ella, por lo demás, estaba perfectamente. 
A la exploración se observa inflamación en la base de la cola, sin dolor a la palpación.
En este caso, basándome en los signos clínicos, sospecho que pueda tratarse de una "miopatía de la cola", relativamente frecuente en esta raza (aunque puede afectar a cualquier otra). Esta patología consiste en una parálisis flácida de la cola; las causas pueden ser diversas, entre ellas: entrenamientos muy intensos, zonas de reposo inadecuadas e incluso baños de agua fría (por lo que también es conocida como "cola húmeda"). 
A Lola y sus dueños les encanta pasear por el monte, así que en este caso en particular es muy probable que el problema haya sido causado por culpa de un chapuzón en el río durante algún paseo. 
No obstante, esta patología no suele suponer un riesgo para la salud del animal y con el tratamiento adecuado la cola de Lola volverá a estar como nueva en unos días. 

SARNA EN CONEJOS

La sarna es una enfermedad de la piel causada por ácaros. Puede afectar a muchas especies animales; en los conejos es producida por parásitos como el Sarcoptes scabei (variedad cuniculi) y el Psoroptes communis (variedad cuniculi). Según el patógeno causante, la sarna puede ser "sarna sarcóptica" o "sarna psoróptica". 
La sarna sarcóptica del conejo también es conocida como "sarna de las patas", ya que es en esta zona donde se manifiesta con mayor magnitud, aunque posteriormente puede extenderse a la cara y otras partes del cuerpo. Las lesiones más típicas son piel áspera (que se acaba cuarteando) y la aparición de costras.
Este es el aspecto de un conejo que estuvo ayer en la consulta con este problema:


Para llegar a un diagnóstico definitivo, se realizaron raspados cutáneos de las patas del animal para su observación al microscopio. El parásito encontrado fue: sarcoptes


Por suerte, esta patología puede ser tratada, pero es importante prevenir la aparición de estos parásitos en nuestros animales.

ATRESIA ANAL

Hoy ha venido a la consulta un cachorro de Bóxer de 1 mes y medio de edad y 1,8 Kg de peso, recién destetado. Su nueva propietaria lo tiene desde ayer por la noche y acude al veterinario para una consulta rutinaria. En un primer momento el cachorro parece desganado y triste. Se aprecia una distensión abdominal muy evidente. Según su dueña, esta mañana ha comido bien, pero desde que lo tiene en casa no ha hecho caca. A la exploración, se advierte dolor a la palpación abdominal, con gran contenido fecal en las asas intestinales y pronunciada distensión abdominal. Al observar la región perianal se aprecia la ausencia de abertura anal, lo que se conoce como ATRESIA ANAL.
Esta es una patología poco frecuente. Consiste en la falta de comunicación del recto y el perineo a través del ano, debido a alteraciones en la diferenciación de la cloaca en el embrión en desarrollo. Es decir, se trata de una anomalía embriológica congénita en la que el intestino posterior no se comunica plenamente con el perineo.
Existen cuatro tipos de atresia anal, de gravedad progresiva:



Para ayudaros a comprenderlo, os dejo una imagen en la que podemos ver representados cada uno de los tipos de atresia anal.

3a. anatomía normal.
3b. atresia anal tipo I.
3c. atresia anal tipo II.
3d. atresia anal tipo III.
3e. atresia anal tipo IV.

Los signos clínicos específicos de un paciente con atresia anal suelen detectarse entre los 30 y 90 días de edad, generalmente después del destete, por la presencia de constipación, distensión abdominal, tenesmo, ausencia del ano y/o defecación, así como abultamiento de la región perineal.
El diagnóstico se realiza mediante el examen general del animal; además, para determinar el tipo de atresia anal que sufre el paciente y poder valorar el posible tratamiento y pronóstico, será necesario realizar radiografías simples y con contraste del abdomen.
Por desgracia, el pronóstico para estos pacientes suele ser desfavorable, ya que frecuentemente se presentan a una edad temprana y con un mal estado general, lo que complica el manejo de esta patología, que es de tipo quirúrgico; además, pueden presentarse complicaciones postquirúrgicas (incontinencia fecal, megacolon persistente, estenosis anal y cistitis recurrente), que deberán resolverse según cada caso.

El cachorrito de hoy ha sido remitido para realizar las radiografías que nos dirán la gravedad de su caso particular y nos permitirán decidir el tratamiento y la técnica quirúrgica más apropiada. Ya os contaré cómo sigue este caso clínico.


PSEUDOGESTACIÓN Y MAMITIS

¿Quién no ha oído decir que su perra tiene un "embarazo psicológico? Lo cierto es que este término es bastante poco acertado, ya que no se trata de un problema mental o psicológico de la perra, sino hormonal, por lo que el término adecuado es "pseudogestación". 

Este trastorno consiste en la aparición de las mismas manifestaciones, tanto morfológicas como de comportamiento, que podría presentar una hembra embarazada, aunque sin estarlo y suele aparecer entre 1 y 2 meses después de que la perra haya salido en celo. Puede que penséis que esto es un fenómeno rarísimo y que la perra se está volviendo loca, pero lo cierto es que en la naturaleza es de lo más normal. Los cánidos, en su vida salvaje, se agrupan en manadas y sólo una hembra es la encargada de procrear. Las restantes cumplen el papel de nodrizas, amamantando a la nueva camada mientras la madre sale a cazar, estando así preparadas para sustituirla si sufriera algún daño. Por lo tanto, no es de extrañar que nuestros canes domesticados hayan heredado ese comportamiento.

Como dije al principio, no se trata de un problema psicológico de la perra, sino hormonal. La progesterona es la hormona que se encarga de preparar al animal para la maternidad. Prepara el útero para una posible gestación y se mantiene en el organismo, provocando la producción de la prolactina, otra hormona a la que se debe el desarrollo de leche en las mamas y la aparición de comportamientos maternales en la hembra. Cuando la perra no es fecundada, estas hormonas se mantienen en su cuerpo, en los mismos niveles de una hembra preñada, alterando todas sus funciones como si realmente fuese a tener cachorros.

No siempre es fácil detectar la pseudogestación de nuestras perras, aunque podemos detectar algunas pistas, como inflamación de las mamas, aumento del apetito, nerviosismo y abultamiento del abdomen. En los casos más evidentes, la perra llega a producir leche y adopta objetos o incluso otros animales de la casa, como si fueran sus cachorros.
Cuando la pseudogestación ocurre de forma aislada, no debemos preocuparnos en exceso, ya que no suele tener consecuencias negativas para la vida normal de nuestra mascota. En los casos más leves, la mayoría de las hembras vuelven a la normalidad en un par de semanas, sin necesidad de tratamiento. Si existe producción de leche, es recomendable iniciar un tratamiento farmacológico para detener la producción de leche, ya que mientras la hembra tenga cachorros lactantes, aunque sean falsos y de juguete, sus mamas no dejarán de segregar leche, con el consiguiente riesgo de que se infecten y se produzca una mamitis.

Este es el caso de Beltza, una gran danés preciosa que hace poco tuvo una pseudogestación. Sus mamas se inflamaron y comenzó a producir leche, por lo que se inició el tratamiento para detener la galactorrea. Pero Beltza es una perrina muy especial y sufrió una reacción alérgica a la medicación a los pocos días de iniciar la terapia, por lo que fue necesario suspender el tratamiento. Con tan mala suerte, que dos días después vino a la consulta porque su propietaria le vio un bulto en una de sus mamas. La mama estaba inflamada, enrojecida, caliente y resultaba dolorosa a la palpación, lo que indicaba que sufría una mamitis. Se cogió una muestra de la secreción de dicha mama para comprobar su pH y administrar el antibiótico más eficaz y se comenzó con el tratamiento. Además, se recomendó aplicar calor en la zona para mitigar el dolor. 

A día de hoy continuamos con el tratamiento, pero ya está mucho mejor.

Os dejo una foto de Beltza, que me encanta presumir de pacientes como esta.




MEGAESÓFAGO CONGÉNITO

Puede que el nombre os resulte raro y no lo hayáis escuchado por ahí, pero esta es una patología importante de la que hablaremos hoy un poquito, ya que tuvimos en la clínica un caso hace un par de semanas.
Pol es un cachorro de pastor alemán de tan solo tres meses y medio de edad.
Tras haberle puesto sus vacunas correspondientes, su propietaria acude a la consulta en agosto porque su cachorro tiene mocos, estornuda y tose de vez en cuando, echa mocos verdosos por la nariz y a veces vomita “mocos y babas con espuma blanca”.
El cachorro come bien y defeca normalmente (heces de consistencia normal). Juega, pero los dos últimos días ha estado más tristón.
A la exploración: 5 kg, 38,8C, mucosidad purulenta en fosas nasales, mucosas y TRC normales, palpación abdominal normal, auscultación cardio-respiratoria normal, ganglios normales, reflejo traqueal positivo.
Ante la sospecha de traqueobronquitis se instaura el tratamiento adecuado para esta dolencia y al finalizar la terapia su dueña dice que está muy bien, aunque muy de vez en cuando vomita líquido con babas.
A principios de este mes de octubre, Pol vuelve con el mismo problema (o eso parece...); desde hace dos días presenta vómitos muy frecuentes (varias veces al día) de aspecto mucoso a veces con comida, apenas quiere comer, las heces son normales, sale por la finca pero no tienen tóxicos ni venenos, y tampoco le han visto comer pasto. Ha perdido peso. Es la única mascota de la casa. Ayer gemía mientras estaba tumbado. No le han visto ingerir cuerpos extraños, ni han echado en  falta juguetes u otros objetos. Bebe agua como siempre y orina normal.
A la exploración: 7,3 kg (ha bajado de peso desde su última visita en la que pesaba 7,8 kg), 39´3C, mucosas y TRC normales, palpación abdominal dolorosa (se queja e intenta morder) con presencia de gas en las asas intestinales, auscultación cardio-respiratoria normal, ganglios normales. Bastante delgado y un poco deshidratado.
Durante la consulta regurgita (sin previo aviso y sin esfuerzo abdominal) varias veces (5 veces en un lapso de una hora más o menos, que es lo que dura la consulta), líquido espeso de aspecto mucoso con restos de pienso sin digerir; en una ocasión se produce vómito (arcadas y expulsión) con las mismas características.
En un principio parece tratarse de alguna alteración del sistema gastrointestinal, por lo que se instaura tratamiento y al día siguiente se nota una ligera mejoría del estado general de Pol, pero continúa con regurgitaciones (expulsión de alimento sin digerir varias horas después de haber comido), por lo que se plantean varios diagnósticos diferenciales (megaesófago como sospecha principal, obstrucción gastrointestinal, hernia...) y se remite para la realización de radiografías simples y de contraste que evidencian la existencia de megaesófago.

No puedo poneros una foto de la radiografía de Pol por problemas técnicos, pero os explico un poco es qué consiste esta patología para que os hagáis una idea.
El megaesófago congénito es una dilatación del esófago, acompañada de una disfunción o parálisis de los movimientos normales, de forma que no puede propulsar adecuadamente el alimento desde la boca hacia el estómago.
Las razas más afectadas son el fox terrier, el schnauzer miniatura, el gran danés, el pastor alemán, el labrador, el shar pei y el setter irlandés, aunque puede aparecer en cualquier raza canina.
Desgraciadamente, el pronóstico de Pol no era muy alentador, ya que el grado de dilatación de su esófago era muy grave y con escasas o nulas probabilidades de remisión espontánea, así que, con todo el dolor de su corazón (y del mío), la propietaria de Pol decidió realizar la eutanasia humanitaria y darle una muerte digna a su pequeño cachorro.
Este es uno de los casos más tristes que han pasado por MaciDog desde que abrió sus puertas, pero a veces la vida no es de color de rosa...   :(

BABESIOSIS CANINA

La babesiosis es una enfermedad protozoaria transmitida por garrapatas que produce un cuadro hemolítico de intensidad variable. Estos protozoos intracelulares del género Babesia afectan fundamentalmente a los eritrocitos (o glóbulos rojos).

Hace tan solo tres días, se presentó en la consulta Dinki, un cocker macho de 10 años de edad. Según sus propietarios estaba triste, no quería comer ni salir de paseo; además tenía diarrea bastante líquida desde el día anterior.
A la exploración, se aprecia apatía, mucosas pálidas (un poco amarillentas) e hipertermia (39,8ºC). No le han visto garrapatas últimamente, pero salen al monte con frecuencia. Además, presenta sangre en la orina. 
Por lo tanto, basándome en la sintomatología y los factores predisponentes, la babesiosis está dentro de los posibles diagnósticos diferenciales, por lo que se extrae una muestra de sangre, se realiza un frotis y se observa al microscopio.  
Se confirma el diagnóstico al visualizar el protozoo en el interior de los glóbulos rojos de Dinki.



Además, tras centrifugar la muestra de sangre se aprecia una coloración rojiza del plasma sanguíneo (que en condiciones normales debería ser casi transparente); esto es consecuencia de la hemólisis o rotura de los glóbulos rojos, lo que se conoce como "hemoglobinemia".


Afortunadamente esta enfermedad puede ser tratada y, en general, la mayoría de los animales responden al tratamiento en 48 horas, así que, una vez confirmada la babesiosis se procede a instaurar un tratamiento específico y tres días después Dinki está mucho mejor; ya come con apetito, tiene ganas de salir a pasear, está contento, su orina es normal y sus heces también. No obstante, hay que seguir con el tratamiento hasta completarlo, pero sus dueños ya están mucho más tranquilos; Dinki ha recuperado su vitalidad habitual.

Con este caso clínico, aprovecho para hacer hincapie en la importancia de mantener desparasitados contra pulgas y garrapatas a nuestros perretes durante todos el año. Como veis, las garrapatas son vehículos de numerosas y graves enfermedades, y aunque algunas de ellas pueden tratarse, siempre es mejor prevenir!! 

Os dejo una foto de Dinki (tomada hace ya un año durante una sesión de peluquería) para que veáis lo guapo que es este cocker!! 


PARVOVIROSIS CANINA


Es una enfermedad altamente contagiosa, que hoy en día afecta principalmente a cachorros entre el destete y las doce semanas de vida. Puede afectar a perros jóvenes y más raramente a adultos. Está producida por un virus específico de la especie canina. Este virus es muy estable y altamente resistente a factores físicos y químicos, lo que le permite una supervivencia elevada en el medio ambiente, incluso hasta 1 - 2 años. El virus de la Parvovirosis Canina tiene afinidad por las células que se multiplican rápidamente, como las células intestinales, las del sistema linfoide, o las de los tejidos fetales, aunque también puede afectar a las células del miocardio en animales de entre 3 y 8 semanas.

Hay razas de alto riesgo y que por lo tanto son muy susceptibles de infectarse, como por ejemplo el pastor alemán, el rottweiler, el doberman, el sabueso, el pitbull terrier americano o el yorkshire, entre otros.

El virus de la Parvovirosis Canina puede penetrar por vía oronasal a partir de alimento, la bebida o cualquier utensilio contaminado como jaulas, comederos, bebederos, ropas o zapatos. Inicialmente, se replica en los órganos linfoides. Posteriormente, pasa a sangre y se dirige a las células, principalmente a las del aparato digestivo.

En la actualidad se describen tres formas de presentación de la enfermedad:

- La más frecuente es la forma gastroentérica, que cursa con fiebre durante 1 o 2 días, depresión, anorexia, sed intensa, vómitos y diarreas continuas con o sin sangre (aunque en más de la mitad de los casos las diarreas son sanguinolentas); también, deshidratación muy rápida y muerte del animal sobre el 5º día. Eso sí, con un tratamiento adecuado es posible la recuperación.

- Otra forma de presentación es la forma generalizada, en la que se aprecia hipotermia, coma y muerte repentina sin síntomas; esta afecta generalmente a todos los cachorros de la camada.

- Por último, la forma cardíaca es más rara hoy en día, aunque también puede darse; en este caso, la mayoría de la camada suele morir de forma repentina o por fallo cardíaco agudo, apareciendo extremidades frías, mucosas pálidas o azuladas, aumento de las frecuencias cardíaca y respiratoria, y convulsiones.

El diagnóstico clínico de la enfermedad se basa en los síntomas, especialmente los vómitos y las diarreas sanguinolentas. Pero a día de hoy, existe la posibilidad de realizar un test para detectar la presencia del virus en las heces; este test de diagnóstico es rápido, económico, fiable y el resultado es inmediato. Además, se pueden realizar otro tipo de análisis para evaluar el estado del animal, como por ejemplo un hemograma y una bioquímica sanguínea.
En cuanto al tratamiento, este es siempre sintomático, e incluye cuidados intensivos a fin de reducir la mortalidad causada por el virus.
En primer lugar se suministra fluidoterapia intravenosa para evitar o corregir la deshidratación. Además, se instaura tratamiento medicamentoso mediante antieméticos para controlar los vómitos, antibióticos para reparar las sobreinfecciones bacterianas debidas a la debilidad del sistema inmunológico y complejos vitamínicos para mejorar la evolución del paciente.
Cuando los vómitos cesan, puede iniciarse una alimentación blanda de fácil digestión, administrada en pequeñas cantidades varias veces al día.


Aquí os dejo la foto de uno de mis pacientes con parvo, Calcetines, durante su hospitalización en la clínica.


Calcetines se recuperó totalmente y ahora es un perrete sano y feliz que vive muy agustito con su familia, pero por desgracia, a pesar de recibir todos estos cuidados, muchos cachorros no superan la enfermedad, por lo que la prevención pasa a ser el factor más importante. La mejor prevención es vacunar y revacunar a los cachorros convenientemente, siguiendo las pautas dictadas por el veterinario. Esta es la principal garantía para proteger a nuestros perros de la Parvovirosis Canina. Ya comentamos en el programa anterior que debe vacunarse frente a la parvo a partir de las 5 o 6 semanas de vida y una vez finalizado el protocolo de vacunación del cachorro, revacunar todos los años. Si tenemos o hemos tenido algún caso de Parvovirosis Canina, el entorno del animal afectado debe considerarse contaminado por el virus, por lo que debemos extremar las medidas de higiene y limpieza, desinfectando con lejía al 6% los suelos, platos, jaulas, etc., que hayan estado en contacto con el perro enfermo.
Así que ahora ya sabéis mucho más sobre esta terrible enfermedad que puede llegar a matar a nuestros cachorros; ante la más mínima sospecha hay que acudir al veterinario, ya que un diagnóstico y un tratamiento rápidos pueden aumentar las posibilidades de salvar la vida del animal.


OBSTRUCCIÓN URETRAL

El pasado día 28 de agosto llegó a la consulta Nano, un gato macho castrado de 5 años. Su propietaria dice que desde el día anterior ha notado que el gato acude con mucha frecuencia al arenero, se coloca en posición para orinar, maúlla y se queja, pero no orina. Además, comenta que se lame mucho el pene. Según refiere ella misma, los 2-3 últimos días ya estaba "un poco raro", menos juguetón y con menos apetito.

Se realiza una exploración general del animal. Se palpa fácilmente la vejiga de la orina, completamente llena, tensa y dura, y la zona del pene está irritada por el excesivo lamido.

La obstrucción uretral en gatos es una patología relativamente frecuente en la clínica de pequeños animales y requiere un tratamiento urgente, ya que pone en riesgo la vida del animal. Una vez que la uretra se obstruye completamente, los riñones ya no podrán eliminar toxinas de la sangre ni mantener un equilibrio de fluidos y electrolitos en el cuerpo. Sin un tratamiento adecuado, el gato morirá cuando estos desequilibrios provoquen un infarto, generalmente en menos de 24-48 horas. 

Afortunadamente, la dueña de Nano no esperó demasiado para llevar a su felino al veterinario y su estado general no estaba muy deteriorado.

Para eliminar la obstrucción se procede a colocar una sonda a través de la uretra, bajo sedación. 




Se recogen muestras de orina para su posterior análisis, se vacía la vejiga y se realizan lavados con suero.


La sonda se fija al prepucio con 2 o 3 puntos de sutura y se mantiene durante unos días. Es importantísimo que el gato lleve un collar isabelino para que no se arranque la sonda.


El análisis de la orina obtenida es imprescindible. En el caso de Nano, el examen físico de la muestra presentaba un color y una turbidez normales. La realización de la tira reactiva pone de manifiesto infección, pH modificado y ligera presencia de sangre oculta. También se lleva a cabo un examen microscópico del sedimento urinario (que se obtiene tras centrifugar la muestra de orina), en el que no se aprecia la presencia de cristales.

Ante los hallazgos anteriormente mencionados, se instaura tratamiento específico. Tras retirar la sonda, Nano orina normalmente. 
Además, se recomienda comenzar con una alimentación comercial específica para problemas del tracto urinario inferior, aumentar el consumo de agua y disminuir el estrés.


DESGARRO FACIAL

Este caso es espectacular; Turbo, un perro de caza de 11 años...
Las imágenes hablan por sí solas:




Como es evidente fue necesario anestesiar al animal y someterlo a una cirugía de reconstrucción. 
Había nervios y vasos seccionados y zonas muy necrosadas; tengo que decir que este pobre perro llevaba tres días en ese estado, perdido en el monte. Estaba en los huesos y deshidratado.

Tras varias horas en el quirófano, éste es el resultado:




Ahora habrá que esperar a ver cómo evoluciona; esperemos que su propietario cumpla con el tratamiento antibiótico prescrito, para evitar así posibles infecciones que dificulten el proceso de cicatrización. Ya os seguiré contando cómo va Turbo.


PARASITOSIS DIGESTIVA

Hace unos días, se presentó en la consulta Lulú, una cachorrita de american staffordshire con un cuadro agudo de diarrea que duraba ya 2-3 días. 
La perrina había perdido peso, presentaba anorexia y deshidratación, además de diarrea acuosa.
Se quedó hospitalizada y se instauró fluidoterapia endovenosa. El primer día de hospitalización, éste es el aspecto de sus heces:


Se puede apreciar la presencia de parásitos intestinales.
En este caso se trata de gusanos redondos, también llamados "ascáridos". El más frecuente es Toxocara canis.


Es un verme grande y blanco de unos 10 cm de largo. Estos parásitos ocasionan, inflamación intestinal, con retraso del crecimiento y diarrea; en infecciones intensas los vermes pueden ser incluso expulsados a través del vómito.
Estos parásitos tienen un ciclo biológico particular, realizando migraciones a través de los tejidos de su hospedador, por lo que en algunas ocasiones pueden aparecer síntomas respiratorios, como tos, aumento de la frecuencia respiratoria y secreción nasal, debido al paso de las larvas por los pulmones.

Los cachorros pueden nacer ya parasitados si su madre no ha sido tratada adecuadamente antes del parto y también pueden adquirir la infección a través de la leche materna; por esta razón es importante desparasitar a los cachorros a partir de los 15 días de vida.

Lulú fue tratada y después de tres días de hospitalización, ya comía bien recuperando su entusiasmo y, como buena cachorra, no quería más que jugar y que le dieran mimos.
Éste es el aspecto de sus deposiciones antes de volver a casa:


HERNIA PERINEAL

Os presento a Irhon, un american stafford de 6 años, macho sin castrar. Se le detectó un bulto en la zona perineal que resultó ser una hernia bilateral. Este tipo de hernias son más frecuentes en machos enteros de mediana o avanzada edad y se produce como consecuencia de un debilitamiento de la pared muscular. La sintomatología es variable, dependiendo principalmente del órgano u órganos que se ven afectados por la hernia. Es muy habitual que se hernie parte del intestino, provocando estreñimiento, tenesmo (dificultad para defecar) y/o disquecia (dolor durante la deposición). Si en la hernia se ve involucrada la vejiga los síntomas afectan principalmente a la micción, apareciendo disuria (dificultad para orinar). No obstante, otros órganos pueden verse también prolapsados a través de la hernia, como la próstata o la grasa abdominal.
En el caso de Irhon no había problemas de micción ni de deposición; el perro defecaba y orinaba normalmente. Su único síntoma era la presencia de un bulto en la zona perineal, desde la base de la cola, al rededor del ano.



El tratamiento de elección es la resolución quirúrgica de la hernia. Existen varias técnicas para llevar a cabo esta cirugía; el caso será valorado por el cirujano, quien decidirá cuál es la mejor forma de abordar la situación. 
Antes de la cirugía será necesario administrar laxantes durante unos días y dieta blanda.
Además, es altamente recomendable la castración del paciente, ya no sólo por el componente hormonal de esta patología, sino también para evitar problemas futuros.

En el caso de Irhon, al tratarse de una hernia bilateral fue necesario realizar dos incisiones, una a cada lado del ano. El tejido herniado era grasa abdominal, que se retiró para después corregir el defecto de la pared muscular.
En las fotos podéis ver el resultado. Tras la cirugía, Irhon fue alimentado con dieta blanda y medicado con laxantes para obtener heces blandas, evitando así los esfuerzos durante la deposición; además, también fue tratado con antibióticos y antinflamatorios.



GATO ENVENENADO

Desgraciadamente, hay gente cruel que coloca veneno para acabar con la población felina. Por otro lado, siempre queda buena gente que, al ver semejante crueldad, hace algo para evitarlo. 
Este gato fue encontrado por una pareja mientras daban un paseo; estaba envenenado, sufriendo, agonizando... No se lo pensaron dos veces, lo recogieron y me llamaron. 
Ha sido un gato con suerte, aunque ahora le queda una vida menos...


Llegó a la consulta con temblores, incordinación,  ptialismo (hipersecreción salivar)...
Se cogió una vía y se instauró fluidoterapia y tratamiento endovenoso.


Este es su aspecto al día siguiente de su llegada. Todos los síntomas fueron controlados. Comía, bebía y hacía sus necesidades normalmente. Todo un éxito!!


QUERATITIS SUPERFICIAL CRÓNICA

Hace unos días vino a la Clínica Perla, un cruce de pastor suizo. Sus dueños habían notado que sus ojos se habían vuelto un poco opacos. La habían tratado con colirios y mejoró un poco, pero al dejar el tratamiento estaba otra vez igual. 

Tras una exploración minuciosa de ambos ojos, realizando pruebas de diagnóstico para patologías oculares, se le diagnosticó una queratitis superficial crónica. 
Se trata de un proceso inmunomediado que generalmente afecta a los dos ojos y que, sin un tratamiento adecuado, acaba provocando ceguera.




Perla lleva muy bien su tratamiento y su evolución está siendo muy satisfactoria; ha mejorado muchísimo, pero necesitará tratamiento de por vida, ya que al ser una enfermedad crónica no puede dejar su medicación.



Si notáis cualquier anomalía en los ojos de vuestra mascota, debéis acudir al veterinario para que se le haga un diagnóstico y se inicie un tratamiento cuanto antes.



SARNA

Rex es un joven Pastor Alemán; acudió a la consulta con lesiones cutáneas, alopecia y prurito. La sarna es una enfermedad parasitaria de la piel y hay varios tipos, por lo que es preciso realizar pruebas de diagnóstico, como raspados cutáneos, para llegar a un diagnóstico definitivo, pudiendo descartar otras patologías dérmicas. 

Las lesiones de Rex ya se habían generalizado y su dueño pensaba que no se curaría nunca...








Fue necesario un tratamiento específico y concienzudo para solucionar el problema.

Afortunadamente, Rex está mejorando de sus lesiones, vuelve a tener pelo y apenas se rasca. Seguiremos la evolución de este precioso can, que en nada volverá a lucir su espléndido y frondoso pelo como si nada hubiera pasado.

Ante cualquier síntoma cutáneo, lleva a tu perro al veterinario, no esperes a que las lesiones se extiendan!



PERRO CAZADOR HERIDO

Los perros cazadores pueden sufrir graves accidentes y como consecuencia lesiones que necesitan un tratamiento quirúrgico.
Este es el caso de León, que fue cogido por un jabalí.
Así es como llegó a la clínica.



Fue necesario anestesiarlo para limpiar, desbridar y suturar la herida. Una vez colocados los puntos, León iba a necesitar reposo, curas diarias y un collar isabelino para que no se lamiera la herida.



He de decir que, por no respetar los días necesarios de reposo y dado que la herida se encontraba en la zona de la articulación del codo, debido a la excesiva movilidad de la extremidad lesionada, los puntos se soltaron y fue necesario volver a dormir a León para volver a suturar. Por fin, después de concienciar a su propietario de la necesidad de que el perro se moviera lo menos posible para que cicatrizara, León se recuperó totalmente.



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