jueves, 16 de enero de 2014

MI PELUDO AMIGO SE HACE VIEJO...

Actualmente, cada vez son mejores los cuidados, tanto médicos como nutricionales, que reciben los perros y esto hace que se incremente su longevidad. Eso es una buena noticia, ya que nuestras mascotas vivirán más y mejor, pero como consecuencia, este aumento de la esperanza de vida supone nuevos retos para sus dueños y también para nosotros, los veterinarios, ya que aparecen enfermedades y patologías relacionadas con el envejecimiento que anteriormente no llegaban a manifestarse al no llegar a ser tan viejos nuestros animales de compañía.
Una de estas enfermedades, propia de animales geriátricos, es la disfunción cognitiva, de la cual quiero hablaros hoy un poco.
El Síndrome de Disfunción Cognitiva es una alteración neurodegenerativa que afecta a la capacidad cognitiva de los perros y gatos geriátricos.
En nuestros perros y gatos más viejos se producen una serie de cambios anatómicos en el sistema nervioso central, ya que la edad provoca alteraciones como pérdida de masa encefálica, aumento del tamaño de los ventrículos, calcificación de las meninges y una reducción en el número de neuronas.
Además, al igual que sucede en la especie humana, en los animales con disfunción cognitiva se observan depósitos de una sustancia llamada beta-amiloide en forma de placas e infiltrados perivasculares, es decir, alrededor de los vasos sanguíneos; esta acumulación de beta-amiloide, parecen ser uno de los principales factores desencadenantes del problema. La cantidad de sustancia beta-amiloide depositada en el cerebro se correlaciona directamente con la severidad de este síndrome.
A pesar de toda esta palabrería científica, lo más importante es que sepáis que, al tratarse de una enfermedad degenerativa, los síntomas se presentan de forma lenta y progresiva, y no siempre es fácil apreciarlos en un principio.
Los signos clínicos del Síndrome de Disfunción Cognitiva se clasifican tradicionalmente en cuatro categorías de la conducta:
Por un lado, se producen cambios en los ciclos de sueño, de modo que los perros afectados duermen más durante el día y permanecen despiertos por la noche gimiendo, lloriqueando, paseando de un lado a otro o arañando el suelo o las puertas.



Además, se produce una disminución en la interacción social, por lo que la interacción del perro con los miembros de la familia se vuelve menos frecuente y menos intensa, afectando también al acercamiento y socialización con otros perros.



Por otro lado, se observa también una pérdida de los hábitos higiénicos, es decir, puede ocurrir que el perro orine o defeque dentro de casa, aun habiendo aprendido de pequeño que tiene que esperar a salir fuera. Es como si lo hubiera olvidado y lo hace sin reparar en la ausencia o presencia del dueño.
La cuarta categoría se refiere a la aparición de signos de desorientación. Algunos animales parecen perdidos dentro de la casa o en la calle. Mantienen la mirada perdida, ensimismados en una esquina, dirigiéndose hacia una puerta equivocada o por el lado incorrecto, o bien deambulando sin ningún propósito.



Además de estas categorías principales, pueden observarse también alteraciones del apetito, aumento de la ansiedad, aparición de fobias o miedos nuevos, intolerancia al ejercicio y dificultad para subir escaleras, conducta destructiva en ausencia del propietario y otros signos compatibles con la ansiedad por separación cuando se queda solo.
Será necesario hacer un reconocimiento médico del perro para descartar cualquier otra patología. En caso de ser diagnosticado el síndrome de disfunción cognitiva, se comenzará con el tratamiento farmacológico, y en la mayoría de los casos, se notará la mejoría en tan solo un par de semanas, aunque en otros casos puede tardar en apreciarse unos dos meses. Además, es importante iniciar también una alimentación específica, que ayudará a ralentizar la sintomatología de los perros con este problema. La marca de piensos Hill´s ha sacado al mercado un pienso específico para esta dolencia y lo tienes a tu disposición en el Centro Veterinario MaciDog.
No obstante, existen algunas medidas sencillas para facilitarle la vida a nuestro viejuno amigo, como por ejemplo realizar más paseos al día, aunque sean más cortos, para que pueda hacer pis o caca fuera de casa, o instalar rampas en los lugares donde tengamos escaleras; no os echéis las manos a la cabeza, que no os estoy pidiendo una reforma de la casa, bastaría con colocar un tablón de madera en el escalón de la entrada para facilitarle el paso a nuestro perrete.



Si después de todo esto, todavía os quedan dudas sobre esta enfermedad típica de animales de avanzada edad, no dudéis en pasar a visitarme y hablaremos con más detalle de vuestro caso en particular.

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